EDITORIAL
LAS
REDES SOCIALES UNA NUEVA FORMA DE POLÍTICA PARA BOLIVIA
Legisladores
del Movimiento Al Socialismo (MAS) analizan normar el uso de las redes sociales
para evitar que algunas personas difundan mensajes racistas y discriminadores
en contra del presidente Evo Morales. Ante esta determinación, Legisladores de
la oposición descartaron la posibilidad de normar mediante una Ley el contenido
de las redes sociales en Internet, pues consideran que sería atentar contra la
libertad de expresión de los ciudadanos que hacen uso principalmente de las
redes sociales Facebook y el Twitter.
En
medio de este planteamiento, analistas consultados creen que la intención del
Gobierno es victimizar al mandatario para desviar la atención de los complejos
conflictos en el país, sin embargo, el diputado masista Galo Bonifaz, afirmó
que el oficialismo en el congreso no descarta la posibilidad de crear una norma
o incorporar algún artículo en la ley antirracismo para impedir ataques
racistas “indiscriminados”, que calificó como falta de respeto.
El pasado
fin de semana, durante un acto con movimientos sociales, Evo Morales criticó
los ataques racistas de ciudadanos
contra su persona en las redes sociales, especialmente el Facebook, donde
insultan a los indígenas de burros, animales e ignorantes, según el mandatario.
Sin
ser Bolivia la excepción, algunos estudios de monitoreo muestran que redes
sociales como Twitter y Facebook se han convertido en sólidos y
a veces irónicos, espacios de posicionamiento político. Se sabe además que
dichas plataformas expresan hoy un claro predominio de activistas y voces
opositoras al Gobierno, cuestionando todo lo vinculado con el proceso de
cambio.
Ha
causado mucho revuelo la idea de aplicar controles a las redes sociales, al
constatarse que sitios como el Facebook o Twitter, son usados para insultar o
publicar contenidos racistas. Justo ayer se conoció de una sanción judicial a
una joven tuitera brasileña que usaba su cuenta para difundir ideas
hostiles.Esa es una prueba de que es posible normar sin censurar ni violentar
la libertad de expresión, como se intenta hacer en Bolivia. Este tipo de
reacciones no son privativas del régimen político boliviano.
Que
la debilitada/dispersa oposición boliviana impulse campañas y mensajes
virtuales en contra de Evo y los suyos no debería llamar la atención. Lo propio
ocurre todos los días, con sincronía, en la mayoría de los “medios de
referencia” (en especial diarios y redes de televisión). Parece claro que, pese
a la propaganda y sus medios oficiales, el Gobierno lleva la peor parte en las
arenas de la mediatización.
En
tal escenario, resultailógico plantear el control de los contenidos en las
redes sociales. Primero porque es técnicamente imposible; segundo porque
resulta democráticamente deplorable; y tercero porque es claramente inútil. Ya
suficiente disputa existe con los operadores mediáticos y sus asociaciones como
para intentar una fallida “vigilancia” de feisbuquer@s y twitters.
Pero
habremos de convenir, libres de ingenuidad, utilizar las redes y otras
plataformas interactivas para hacer activismo político y otra, muy distinta, es
aprovechar el espacio virtual, muchas veces desde el anonimato, para la
difusión sistemática de agresiones racistas y discriminatorias. Con racismo,
bien se sabe, no hay democracia. Por más que se encubra de libertad de
expresión.