domingo, 23 de septiembre de 2012

EXAMEN - CRÍTICA: EL DÍA QUE MURIÓ EL SILENCIO



CRÍTICA:
“EL DÍA QUE MURIÓ EL SILENCIO” – PAOLO AGAZZI
 El día que murió el silencio”, es una película boliviana dirigida por el cineasta  Paolo Agazzi. Protagonizada por Darío Grandinetti y filmada el año 1998 en Mizque, un municipio ubicado en el Departamento de Cochabamba. En su producción,  el autor intenta expresar, a través de una comedia y acelerada, con toques de ironía, el comienzo de la radiodifusión en una aldea y el sensacionalismo de aquellas personas que se jactan de saber más que los demás para aprovecharse.
El día que murió el silencio fue la única película producida en Bolivia durante 1998,  grabada con sonido Dolby Digital y con guión propio.
Que esta película sea la única que se produjo en Bolivia en 1998 le da al filme un reconocimiento épico, al margen de su calidad artística, de la que es imposible aislarse. Pero es que "El día que murió el silencio" tiene más cosas a su favor, que en contra,  ya que es una película: pequeñita, sencilla, reservada y cercana por lo que cuenta y por cómo lo cuenta. La película nos devuelve a aquellos tiempos en los que la radio era algo único e inalcanzable, un milagro. O así es como lo viven los habitantes de un pequeño pueblo al que llega un manipulador que se sirve del encanto de la palabra hablada para romper la armonía de este lugar primitivo con personas con demasiadas emociones calladas. Situada en un lugar en el que todo es posible, la cinta no es ajena al realismo mágico de la literatura latinoamericana, y lo homenajea. Es inevitable alegrarse de que exista "El día que murió el silencio" como testimonio de una filmografía escuálida y porque además nos hace sonreír plácidamente. Sólo por eso, merece la pena ser vista.
La acción se desarrolla en una pequeña localidad boliviana, llamada Villaserena, en la que no hay electricidad, y a la que llega un hombre (Abelardo) que pretende instalar, a través de un generador, una emisora de radio. Se llamará Radio Nobleza y ahí los habitantes del pueblo podrán expresarse con libertad, lo que originará algunos problemas, por cuanto la gente caerá en el chismorreo, lo que levantará algunas ampollas y reproducirá diversos conflictos vecinales.
No pocos se han referido a la calidad de las producciones de Agazzi en diferentes oportunidades, donde cabe rescatar: “En primer lugar la capacidad de este cineasta para afrontar un cine mayor en el que tanto por la estructura argumental como por el manejo de actores se requiere un dominio de medios que el realizador está logrando aceleradamente.
El planteamiento de la película es interesante y tiene un arranque muy prometedor. Sin embargo, el italiano Agazzi no acierta a culminar algunos hilos argumentales que habían sido correctamente esbozados. La atmósfera costumbrista está bien lograda, vehiculada a través de unos personajes entrañables, donde no falta una acertada crítica hacia la utilización indebida de los medios de comunicación social. El argentino Darío Grandinetti encarna a Abelardo, un personaje que pretende aprovecharse de la ignorancia de la gente, pero que desaparece ante una pasión que le desborda. El actor argentino lleva con acierto el peso de casi todo el largometraje.
Es claro que la historiografía que sugiere la película, trazada por relatos en off en lagunas escenas por los mismos actores, está determinada por el contexto y contenido de la historia que se quiere transmitir, acompañada del lenguaje, fotografía e imagen. Es decir, esto nos postula, la comprensión del presente como un sistema cumplido y encarnado, ya que en la actualidad el uso de radiodifusoras no es considerado ni como algo único o novedoso, puesto que ahora este medio de comunicación es utilizado para fines publicitarios, anuncios y hasta de educación.
El lenguaje y guión propio que utiliza el autor es considerado un tanto político, ya que utiliza modos en el que el lenguaje del cine está determinado por lo que quiere decir, y no por lo que nos cuenta, sino por lo que trata de intenta transmitir con sus escenas, las mismas que encarnan la realidad en el cine, y es por eso mismo que el cine de Agazzi es considerado importante en este entorno.
Cabe destacar a su vez, que la ilación que utiliza Agazzi en esta película al mostrar sus escenas es emotiva e inesperada, ya que en cada cambio de las mismas, su continuación va acompañada de una melodía distinta a la de la anterior escena, lo que enfatiza y da una importancia relevante a cada trama, causando en el espectador una emoción e intriga, que hace que cada acto se haga más interesante que el anterior durante el transcurso de la película.
Entre lo referido a la iluminación, cabe destacar que en la mayoría de las tomas hechas dentro la película existe una magnífica iluminación que ayudan a diferenciar con mayor precisión las escenas y cambios de plano. Entre los planos más destacados encontramos plano general, que son mayormente al mostrar el pueblo y sus alrededores, plano medio que es cuando se enfoca a los personajes en una conversación, plano detalle para dar mayor importancia algún objeto o hecho y primer plano en su mayoría.
En lo referido a la causa – efecto de las escenas y escaletas, se puede enfatizar la continuidad que estas presentan en cada toma y durante todo el transcurso de la película, ya que los movimientos de cámara en zoom in y zoom on fueron los que ayudaron en la continuación de cada una de ellas, además de las rotaciones, movimientos de planos, y desplazamientos lentos, los cuales a su vez se caracterizaban por presentar un trípode durante su filmación, lo que ayudaba a mantener en un solo ángulo recto y sin movimientos bruscos cada toma y plano de la película en su lugar y como debía ser.
En resumen cabe distinguir el trabajo de Agazzi, por su recreación de lo vivido anteriormente y rescatar y utilizar temas poco importantes para realzar la trama de sus películas, lo que nos servirá a la vez para aprender a darle mayor valor a problemas y cosas que actualmente no tomamos en cuenta. El trabajo de este cineasta abarca la ironía, la ignorancia, la divulgación, la infidelidad, la sencillez, la humildad, la falsa amistad entre los mismos vecinos y sobre todo la ambición de uno que se aprovecha de los ingenuos.

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