EDITORIAL
ACUERDO PERO NO SOLUCIÓN
La Cumbre de
Salud, propuesta por el presidente de la nación, no será la solución. Pero apaciguara
los problemas y enfrentamientos. El
Gobierno y la Comisión Nacional de Salud firmaron un acuerdo, en el cual ponen fin a la huelga del sector salud que duró 53 días en contra del
Decreto Supremo 1126, que subió la jornada laboral de seis a ocho horas de
trabajo. La aplicación queda en suspenso y como resultado, se reanudará y
normalizará la atención de todos los servicios en los hospitales públicos.
El conflicto estalló luego que el Ministerio de salud impuso la
reglamentación a través de la Resolución ministerial 0250 que señala aprobar el
reglamento específico de la jornada laboral a tiempo completo continuas o
discontinuas, de ocho horas diarias con presencia física equivalente a 40 horas
semanales y 120 horas mensuales; la
jornada de medio tiempo, de cuatro horas diarias con presencia física de
equivalente a 20 horas semanales y 80 mensuales. Se coteja que el problema
fundamental dentro de este ámbito y por el cual los médicos aún no aceptan ni
acatan la ley de las ocho horas de trabajo,
es la falta de infraestructura, equipamiento y medicamentos dentro de
los Hospitales, ya que en su mayoría estos carecen de los mismos y no cuentan
ni con recursos ni apoyo del gobierno para conseguirlos.
La cumbre de salud
discutirá la carga horaria que deberán cumplir diariamente los médicos y
sanitaristas en el futuro junto al modelo de salud pública que se fijará en
Bolivia, ya que el objetivo de diseñar otro sistema de salud pública, es parte
de los acuerdos logrados entre el gobierno, la COB y la Confederación de
Trabajadores en Salud. En ese encuentro sanitario, que tendrá lugar en julio
próximo, también se debatirán temas vinculados a infraestructura, servicios en
el área rural y convivencia entre un sistema de salud pública con los usos y
conocimientos de los pueblos indígenas.
Los acuerdos
suscritos con el sector salud, luego de varios intentos y arduas negociaciones
durante los casi cinco meses de conflicto, tanto con los trabajadores en salud
como con los médicos, también establece que el Gobierno dejará sin efecto las
demandas judiciales contra médicos y universitarios que causaron disturbios en
las últimas semanas, así como los despidos y en cuanto a los descuentos por los
días de paro, establece una fórmula por el que no se les descontará el total de
los días no trabajados.
Las
soluciones a los conflictos en el país, si es que pueden ser llamadas tales,
están ingresando a un plano donde la racionalidad parece que ha sido superada
por la improvisación y la falta de sentido común de los sectores enfrentados en
conflicto, que siempre generan perjuicio para la población. No se toma en
cuenta casi nunca el análisis compartido de las medidas que pretende
implementar el Gobierno, en este caso el Ministerio de Salud, con los sectores
afectados y el procedimiento negociador siempre está caracterizado por empezar
por donde no se puede apreciar soluciones, algo así como al revés, fuera de toda
lógica.
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