miércoles, 23 de mayo de 2012

EDITORIAL FINAL 23/05/2012


EDITORIAL

ACUERDO PERO NO SOLUCIÓN

La aplicación del Decreto Supremo 1126, queda en suspenso y como resultado al acuerdo firmado entre el Gobierno y la Comisión de Salud, que propone  una Cumbre de Salud,  se reanudará y normalizará la atención de todos los servicios en hospitales públicos, dando fin a la huelga del sector salud de 53 días.  La propuesta de una Cumbre social, no será la solución, pero se idealiza que esta apaciguara los  problemas y enfrentamientos realizados en el país hasta el momento. 

El conflicto estalló luego que el Ministerio de salud impuso la reglamentación a través de la Resolución ministerial 0250 que señala aprobar el reglamento específico de la jornada laboral a tiempo completo continuas o discontinuas, de ocho horas diarias con presencia física equivalente a 40 horas semanales y 120 horas mensuales;  la jornada de medio tiempo, de cuatro horas diarias con presencia física de equivalente a 20 horas semanales y 80 mensuales. Se coteja que el problema fundamental dentro de este ámbito y por el cual los médicos aún no aceptan ni acatan la ley de las ocho horas de trabajo,  es la falta de infraestructura, equipamiento y medicamentos dentro de los Hospitales, ya que en su mayoría estos carecen de los mismos y no cuentan ni con recursos ni apoyo del gobierno para conseguirlos.

La cumbre de salud discutirá la carga horaria que deberán cumplir diariamente los médicos y sanitaristas en el futuro junto al modelo de salud pública que se fijará en Bolivia, ya que el objetivo de diseñar otro sistema de salud pública, es parte de los acuerdos logrados entre el gobierno, la COB y la Confederación de Trabajadores en Salud. En ese encuentro sanitario, que tendrá lugar en julio próximo, también se debatirán temas vinculados a infraestructura, servicios en el área rural y convivencia entre un sistema de salud pública con los usos y conocimientos de los pueblos indígenas. 

Los acuerdos suscritos con el sector salud, luego de varios intentos y arduas negociaciones durante los casi cinco meses de conflicto, tanto con los trabajadores en salud como con los médicos, también establece que el Gobierno dejará sin efecto las demandas judiciales contra médicos y universitarios que causaron disturbios en las últimas semanas, así como los despidos y en cuanto a los descuentos por los días de paro, establece una fórmula por el que no se les descontará el total de los días no trabajados.

Las soluciones a los conflictos en el país, si es que pueden ser llamadas tales, están ingresando a un plano donde la racionalidad parece que ha sido superada por la improvisación y la falta de sentido común de los sectores enfrentados en conflicto, que siempre generan perjuicio para la población. No se toma en cuenta casi nunca el análisis compartido de las medidas que pretende implementar el Gobierno, en este caso el Ministerio de Salud, con los sectores afectados y el procedimiento negociador siempre está caracterizado por empezar por donde no se puede apreciar soluciones, algo así como al revés, fuera de toda lógica.

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